Queridos hijos,
Que desde este día de mí ascensión sus pensamientos, sus palabras y sus actos siempre sean dirigido hacia la paz, el amor y la fraternidad.
Porque la grande purificación comenzó y hay que escoger su camino.
Deseo que cada alma se despierte lo más de prisa posible si no usted correrá el riesgo de perderle tomando un mal camino.
Un camino que podría llevarle a su pérdida, porque sin la paz y el amor su gente corre peligro de zozobrar en el caos.
Sé que esto no es fácil para usted y que usted vive de momentos difíciles pero tenga confianza en su hermanos y hermanas porque es en la unión que usted encontrará la fuerza de pasar de la sombra a la luz.
Puedan mis palabras despertar en cada uno de vosotros la chispa que quema en el fondo de su corazón.
Sean benditos mis hijos en nombre del padre, en nombre del Cristo y en nombre del santo espíritu.
Amen